martes, 21 de abril de 2009

EN BUSCA DE UNA PAZ NO ENCONTRADA



En cuanto mi pensar, empieza a sonreir en la mezcla de una paz inmensa, el torbellino de identidades claras, obscuras, apesadumbradas, quebrantadas, me hostigan silenciosamente, subiendo como enrredaderas por cada uno de los rincones que friamente empiezan a taladrar la piel, las espinas cubriendo mis tobillos, rasgando mi piel, incrustandose filosamente en mis ojos, clavándose en el miedoso corazón, que poco a poco empieza a alentar sus latidos, en gritos y suspiros de un auxilio desesperado, no encontrado, una garra amenazadora, retumba celosa, un vacío inmenso cubre mis lágrimas inquebrantables que caen congeladas ante tanta vanidad.

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