jueves, 18 de junio de 2009

NADA MAS PURO QUE LAS PALABRAS DEL CORAZÓN DE UN NIÑO.


un niño de 4 años cuyo vecino era un anciano, a quien recientemente se le había muerto la esposa. El niño, al ver al hombre sentado en una banca del patio y llorando, se metió al patio del anciano, se subió a su regazo y se sentó. Cuando su mamá le preguntó que le había dicho al vecino, el pequeño niño le contestó: * "Nada... sólo le ayudé a llorar".

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